Explicación de «no combustible» y «retardante de fuego»
Los términos «no combustible» y «retardante de fuego» suelen confundirse. Sin embargo, existe una diferencia extremadamente importante. Si algo es no combustible no arderá en condiciones reales. Es una característica fácil de entender y que no resulta ambigua. Los materiales retardantes de fuego, por otra parte, contribuirán al fuego una vez que se haya vencido a las sustancias químicas añadidas para inhibir la ignición. Es más difícil cuantificar hasta qué punto algo es retardante de fuego.
Por eso la no combustibilidad es una característica esencial de las regulaciones sobre incendios en todo el mundo y un elemento crucial de la seguridad de un edificio en caso de incendio. Sea cual sea el origen del incendio, la temperatura o el suministro de aire, los materiales constructivos o los elementos que no son combustibles resistirán, en su mayor parte, al fuego. Por lo que respecta a las normativas contra incendios, los materiales no combustibles pueden utilizarse de forma ilimitada en cualquier aplicación constructiva.
Retardante de fuego
Los materiales “retardantes de fuego”, por otra parte, son combustibles. No existe un estándar global sobre cómo medir el grado en que contribuye un producto combustible a la propagación y el crecimiento de un incendio, aunque las formas de medirlo incluyen:
- La facilidad de ignición del producto
- La cantidad de calor que se libera cuando arde
- Cómo se propaga el fuego en su superficie
- La forma en que se desintegra al arder
- La cantidad y el tipo de humo liberado
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