El sonido y el ruido pueden afectarnos de manera positiva o negativa. Una buena acústica puede mejorar nuestra capacidad de concentración, puede hacernos más productivos y, en general, ayudarnos a disfrutar más de la vida.
El sonido siempre nos rodea y puede dictar nuestros sentimientos e incluso nuestras acciones. Afecta a nuestra respiración, nuestra frecuencia cardíaca y nuestras ondas cerebrales. ¿Te acuerdas de cómo te has sentido esta mañana cuando has oído el despertador o cuándo escuchabas música mientras conducías?
Para entender la acústica de una sala, es importante saber cómo viaja el sonido. Así que silencia el ruido en tu mente, siéntate, relájate y descubre cómo mejorar el rendimiento acústico de la sala en la que te encuentras.
Sonido sobre ruedas: ¿Cómo viaja el sonido en una sala?
Las ondas sonoras son vibraciones mecánicas que se transmiten a través de un medio como el aire o el agua. Se reflejan, absorben, transmiten y difunden. ¿Por qué crees que uno siempre canta mejor en la ducha que en el dormitorio?
Porque en el baño tienes superficies duras o suaves que reflejan las ondas sonoras. Por otro lado, en el dormitorio hay una gran cantidad de materiales blandos, como la cama, que absorben el sonido.
Las oficinas contienen todo tipo de materiales, construcciones y acabados, como paredes, techos suspendidos y suelos, que absorben o que reflejan el sonido. Además, los escritorios, los armarios y archivadores de oficina y las plantas son todos buenos difusores de sonido.
Mira a tu alrededor y piensa en cómo suena tu habitación. Quizá hayas de mejorar el diseño acústico de este espacio. En caso de que así sea, antes de hacer nada tendrás que entender el papel que juega la acústica.