¿En qué etapa del proceso de diseño tienes en cuenta la acústica arquitectónica?
Hablando desde una perspectiva interior, depende del espacio que estemos diseñando y del tipo de proyecto en el que estemos trabajando. Por lo general, pensamos en ello desde el principio. En algunos casos, cuando rediseñamos, trabajamos en la mejora de la acústica ya existente. Por ejemplo, si estamos integrando un área de biblioteca, entonces tenemos en cuenta el hecho de que debe ser un espacio silencioso. Así que trabajamos en ello desde la misma fase inicial.
Cuando tenemos total libertad para diseñar, entonces diseñamos en función de la dinámica del espacio, ya sea pensando en la intimidad, en la celebración de conferencias o en las representaciones teatrales. Algunos espacios también representan una identidad concreta, por lo que combinamos ese aspecto con la acústica. También depende de si se trata de un espacio interior o un espacio al aire libre. No obstante, creemos que siempre existe un diseño de gran belleza para cada espacio y para cada sonido.
¿Cómo afecta la acústica arquitectónica al diseño de un edificio o un espacio interior? ¿El hecho de incluir la acústica arquitectónica en el diseño implica algún tipo de limitación?
Sí. Por ejemplo, si tenemos un edificio cerca de una vía de tren, entonces diseñamos la acústica de modo que el edificio no se vea influenciado por la vía y lo que ella implica. Empezamos a componer tanto el espacio interior como el exterior para que ambos gocen de una acústica óptima.
Tenemos que hacerlo delicadamente, porque lo que no queremos es crear un revestimiento que bloquee el sonido. Con la tecnología que hoy tenemos a nuestra disposición, es posible mantener un alto nivel de diseño acústico y una arquitectura estéticamente bonita. No obstante, tenemos que mantener un equilibrio entre los costes y el diseño. Por lo tanto, sí, hay limitaciones, pero también hay oportunidades.
Tenemos que dar a la gente la libertad de elección; la gente tiene que poder formar parte de la ciudad y, al mismo tiempo, vivir en soledad si lo desean.
Este año es el Año del Sonido. ¿Dónde nos encontramos hoy en día con respecto a la relación existente entre la arquitectura y el diseño por un lado y la contaminación acústica por el otro?
Hoy disponemos de las soluciones y la tecnología para implementar la acústica arquitectónica a cualquier espacio.
Por otro lado, no obstante, la contaminación acústica está empeorando. Tenemos que ser conscientes de cómo construir los edificios de manera óptima para eliminar ese ruido. Tenemos que tener en cuenta los espacios públicos y la relación que mantienen con los edificios, y cómo ambos pueden mejorar gracias a una buena acústica.
La contaminación acústica debe ser una prioridad; tenemos que educar a nuestra sociedad en la acústica porque forma parte integral de un mundo sostenible.
¿Cómo será el mundo en el año 2050?
Según la Organización Mundial de la Salud, la contaminación acústica ocupa el segundo lugar en la lista, justo detrás de la contaminación del aire. En los próximos años tendremos que ser más conscientes del efecto que el ruido tiene en todo tipo de espacios y de la creciente importancia de la acústica en el diseño de edificios.
Hoy en día, el ruido no está definido como ‘sonido no deseado’ sino como ‘sonido no deseado no causante de daños auditivos’. Esto nos permite señalar que el ruido no es saludable y puede resultar molesto en varios niveles. En la actualidad, incluso las universidades están debatiendo sobre los efectos perjudiciales del ruido y cuáles son las mejores prácticas para integrar un diseño de edificio acústico. Esa es la razón por la cual, hoy más que nunca, necesitamos un diseño arquitectónico y una construcción de edificios que tengan en cuenta estos aspectos. Al fin y al cabo, todo lo que deseamos es contribuir a crear un entorno acústico saludable.