La luz natural favorece el bienestar mental
La luz natural tiene muchos efectos positivos en los entornos híbridos de aprendizaje. Ayuda a los estudiantes a concentrarse mejor y a estar más alerta y centrados. La luz del día, o luz natural, también ayuda a mejorar la productividad.
Además, se ha descubierto que la luz natural regula los ritmos circadianos, lo que puede mejorar el sueño y promover un estilo de vida más saludable. Esto es especialmente importante para los estudiantes que pueden experimentar alteraciones en sus patrones de sueño debido al formato de aprendizaje híbrido [1].
El diseño biofílico también contribuye al bienestar en el aprendizaje [2]. Se ha comprobado que las escuelas que utilizan el diseño biofílico mejoran el rendimiento de los alumnos. Estos sistemas naturales ayudan a los estudiantes a sentirse más tranquilos y a mejorar su memoria y su comportamiento.
Para recrear los beneficios de la luz natural en ambientes interiores, las escuelas pueden utilizar vistas enmarcadas y controladas de elementos naturales, sistemas de ventilación natural o aire fresco y soluciones acústicas con alta reflexión y difusión de la luz, como Rockfon Blanka.
Enfoque de diseño de aprendizaje remoto eficaz
Diseñar una experiencia óptima de aprendizaje a distancia exige tener en cuenta las necesidades específicas de alumnos y profesores. Entre los factores clave que hay que tener en cuenta figuran la cantidad de tiempo que se pasa en el entorno de aprendizaje, la frecuencia de adaptación y ajuste, y la tecnología necesaria para apoyar el aprendizaje.
Los docentes desempeñan un papel crucial en el diseño de entornos de aprendizaje remoto, ya que son responsables de utilizar habilidades sociales y determinar el modelo de aprendizaje híbrido apropiado. Involucrar a los docentes en el proceso de diseño puede aumentar su confianza en la enseñanza tanto de forma remota como presencial.
Crear un entorno de aprendizaje atractivo y dinámico es esencial para mantener la atención de los alumnos. Además, es importante tener en cuenta que las interacciones entre profesores y alumnos difieren en función del curso. Y esto tiene un efecto significativo en el tipo de modelo de aprendizaje híbrido elegido [3].
Por ejemplo, los alumnos más jóvenes pueden necesitar más actividades prácticas e interactivas. Los mayores, en cambio, pueden beneficiarse de un aprendizaje más independiente y autodirigido. Además, el nivel de apoyo y orientación necesario también variará.
También se debe prestar especial atención a los estudiantes con necesidades especiales y problemas de aprendizaje. Esto es para garantizar que el entorno aborde sus necesidades únicas y respalde su bienestar emocional [4].